No soy ni homofóbico ni transfóbico. No lo soy y nunca lo seré. Por qué hacerlo saca la discusión sobre lo racional y lo rebaja solamente al nivel emocional y por lo tanto corta las vías a una discusión civilizada.
Veamos 2 ejemplos de casos reales sobre miles que inundan internet. Susana Domínguez, una joven española relató su drama diciendo que con solo 15 años de edad, luego de un proceso de hormonación, le extirparon el útero, los ovarios y los senos, tras doble mastectomía porque ella les había dicho que se sentía hombre, no mujer. Ahora a los 24 años ella cambió de idea diciendo que se siente mujer, mas no hombre pero es demasiado tarde poque estas cirugías fueron irreversibles y ella dice que se quiere suicidar.
Ya tiene demandada y a la clínica y a los médicos que la operaron. El segundo caso ocurrió en Inglaterra donde Peter Doyle de 17 años dijo que se sentía mujer y que su genitalia masculina le estorbaba entonces los psicólogos, psiquiatras y urólogos se pusieron de acuerdo y le removieron su pene, sus testículos, le implantaron silicona en el pecho y lo rellenaron de hormonas femeninas. Ahora a los 26 años de edad él dice sentirse totalmente arrepentido… pero ya qué… ni modo que le reimplantaran sus criadillas de nuevo.
Hay 3 motivos que llevan a esta locura: la influencia de los foros de internet que llevan a los adolescentes a auto-diagnosticarse antes que a la evidencia científica, la presión sin misericordia de ciertos colectivos que ven en cualquier patología un signo de la transgeneridad y finalmente las leyes sobre cambio de sexo como la Ley Trans en el Congreso de España, que “prohíbe explícitamente que cualquier profesional de la salud mental trate a quien se autodetermine en un sexo diferente al suyo para así evitar que ningún médico intente curar la transexualidad de nadie”.
Y lo peor de todo si un médico se niega a la pretensión de cambio de sexo de un adolescente la multa será de 150.000 euros (800 millones de pesos). En Colombia hay varios proyectos de ley imitando a los europeos sobre eso, lo único que pido es que nunca se debe permitir acceder a estos tratamientos irreversibles a menores de 21 años porque todavía no tienen la madurez necesaria.