En cierta ocasión conversé con el burgomaestre Harman, sobre que “Lo que en familia se dice guardar prudencia, en administración se llama, actuar con mesura”. Él sabe que es el alcalde, que es el líder natural, pero de ahí a creerse el dueño o amo de la ciudad, hay mucho trecho y más, cuando no se actúa con el debido respeto.
Conocimos el llamado de atención que la Fundación para la Libertad de Prensa le hizo, con motivo de un video publicado en su Twiter. Allí se advierte cómo, luego que este semanario publicase una investigación sobre los problemas que atraviesa la Educación en el Meta, se atrevió a decir que este medio de comunicación regional “que poco de medio le queda, es una cocina de chismes”. Excúseme señor Harman, pero ése irrespeto no nos lo merecemos todos y tampoco el medio, menos, emitido por una persona que perdió la humildad. Bien lo dice el filósofo Jaime Balmes:
“Los hombres grandes son sencillos y los medianos son ampulosos, por la misma razón que los cobardes son bravucones y los valientes no” He tratado, durante mis 152 ediciones, de mostrar una razón fuerte, con crítica y opinión coherente y respetuosa,
sobre diferentes aspectos de nuestra cotidianidad y de nuestra naturaleza, sin considerar que alguna fuera a manifestar un chisme de cocina”.
Respetemos para que nos respeten. Informar sobre asuntos de interés público no da motivo para que la prensa sea atacada, más
cuando la realidad es verdad.